miércoles, noviembre 30, 2005

Costo para el PRSC de un pacto electoral

Por Alexandra Izquierdo

El Partido Reformista Social Cristiano tiene que manejar con gran cuidado el tema de las alianzas porque aunque no lo parezca, los beneficios potenciales de un acuerdo para las elecciones de mayo próximo, podrían ser un regalo envenado.
Las alianzas le crean al partido varios problemas y sólo si los resuelve adecuadamente podrá superar airoso la prueba que significan los comicios para escoger el Congreso y las administraciones municipales.
El primer problema es el desacuerdo interno. Ya representantes de fuerzas importantes han declarado su desacuerdo. Es decir, que la posibilidad de una alianza con una de las dos fuerzas mayoritarias divide al partido.
El liderazgo reformista y los organismos colegiados no pueden ignorar estas opiniones. Urge trabajar por un acuerdo interno que unifique el partido en este tema. Aunque las posiciones alianza-no alianza son extremas, en política siempre es posible un pacto a partir de que la mayoría y la minoría ceden en sus posiciones para mantener la cohesión, que es un beneficio para todos.
En el seno del PRSC cohabitan sectores que representan una diversidad de posiciones, pero ningún grupo por si solo tiene la capacidad de movilizar al partido. La importancia de los reformistas esta dada en esta coyuntura por su capacidad de mantener la unidad. En el caso de las alianzas parece ser que el acuerdo interno esta en un punto intermedio que establezca las condiciones en que debería darse una asociación electoral si esta es posible.
El segundo problema a resolver es la protección de la imagen del PRSC ante nuestra propia militancia y ante el país en general.
Las posiciones oficiales del partido reformista la deciden sus organismos y en ninguna de las instancias decidió buscar una alianza. La iniciativa la tomaron el PRD y el PLD quienes plantearon por diversas vías el interés de conversar con el PRSC, que reaccionó positivamente aceptando el acercamiento con estas dos organizaciones.
Por la forma en que se ha desarrollado el proceso y las informaciones que circulan en los medios de comunicación, podría percibirse que somos los reformistas quienes estamos ofertándonos al mejor postor.
Los perredeístas como opositores y el PLD como partido de gobierno tienen su agenda y manejan la situación para su mejor conveniencia que no son necesariamente las mismas que las de los reformistas. El PRSC tiene que manejar las conversaciones con estos partidos cuidando la manera en que este proceso se proyecta para evitar que se nos perciba como oportunistas en subasta: ¡Quién da más! La lucha política hoy tiene un fuerte componente mediático.
El tercer problema es el significado que tiene para el país una alianza reformista con otro partido. Si el PRSC asiste sólo a los comicios su gran reto es lograr los recursos para la campaña y mantener por lo menos su cuota actual de participación en el poder municipal y el Congreso. Si alcanza esta meta, se abre una puerta ancha en el camino al futuro. Por esto, mucha gente en el partido entiende que la mejor opción es convencer a sectores empresariales de la conveniencia de mantener al PRSC en la escena como una opción política.
En el caso de una alianza, todos saben que ésta le dará a los reformistas puestos en los municipios y en el Congreso, y si es con el PLD, empleos con el Gobierno. Es decir, los reformistas tienen sus beneficios particulares. ¿Pero cuál es la conveniencia para el país de un acuerdo electoral con uno u otro? Aunque una alianza le garantice un cupo en las instancias de gobierno, significa igualmente un gran reto, porque el PRSC pagará un alto costo político si no logra justificar ante el país las razones de su alianza. Entonces estaremos confirmando que somos un “partido bisagra”, cuando este país lo que esta buscando y necesita es un gran pitcher abridor que se quede en el montículo las nueve entradas y controle con certeros lanzamientos los problemas del hambre y el subdesarrollo