martes, diciembre 19, 2006

Emprendedores

INCUBANDO UNA VISION EMPRESARIAL DESDE TU NIDO ACADEMICO

Wagner Méndez

En sentido general, sentimos gran admiración por los grandes empresarios que están en los medios patrocinando actividades y quisiéramos ser como ellos. Sin embargo, esto no se logra de la noche a la mañana. Se necesita comenzar pequeño y conjugar todas las actitudes empresariales que tenemos para embarcarse en una aventura de negocios. Se necesita tomar riesgos, pero lo mejor es cuando se toman riesgos educados. Mientras más herramientas se toman en consideración cuando nos estamos arriesgando, menor es la posibilidad de fracasar.

El temor a fracasar no debe frenarnos. Los grandes empresarios tienen por detrás su historia de fracasos en muchos proyectos y han podido levantarse y ser exitosos en proyectos que les han ayudado a recuperar las pérdidas de en otros. De la misma forma, la mayoría de los nuevos productos desarrollados por empresas comerciales no logran llenar las expectativas financieras de las empresas. Sin embargo, por eso las empresas no se van a la quiebra. Pueden desarrollar otros productos cuyos beneficios son tan buenos que compensan las la inversiones hechas en los otros.

¿Qué sucede hoy en día? Los estudiantes en sentido general no son entrenados para ser emprendedores. Son entrenados para salir al mercado laboral a buscar trabajo y hasta que no lo encuentran estarán pasando trabajo, y no necesariamente en una máquina de escribir, y desesperándose hasta que al final tienen que aceptar cualquier trabajo que se le ofrezca sin importar su entrenamiento y su sueño profesional. No he visto en ningún pensum (currículo, como también se le llama) de alguna universidad dominicana un enfoque para que los estudiantes sean emprendedores. Tampoco hay muchos profesores o académicos con un entrenamiento en el área que pueden ayudar a los estudiantes a tener una visión emprendedora.

Si analizamos la realidad dominicana, muchos de los empresarios, a los cuales se quiere imitar, no son personas académicas. Son personas sin un gran nivel educativo que en vez de pasarse la vida estudiando, han decidido embarcarse en una aventura empresarial. Por otro lado, también he visto el caso de buenos profesionales que han decidido poner en práctica sus aptitudes empresariales y han logrado el éxito e inclusive han podido desplazar a otros empresarios tradicionales que todas sus decisiones las toman basadas en lo que su corazón les dice y no en los principios administrativos que les sugieren personas entrenadas al respecto.

Una realidad que se da, y así se considera en los diferentes “tests” de actitud empresarial es que una limitante para emprender nuevos negocios es ser un estudiante sobresaliente. ¿Qué quiero decir con ésto? ¿Qué no se debe buscar ser un estudiante sobresaliente porque luego va a fracasar en su vida profesional o empresarial? No. Lo que la realidad se ha demostrado es que los estudiantes sobresalientes normalmente quieren continuar involucrados en asuntos académicos y si deciden involucrarse en un algún proyecto empresarial, el primer enfoque es dar asesoría basado en lo que aprendieron en la universidad. ¿Y por qué? Obviamente, porque ésto resulta más fácil que involucrarse en actividades totalmente desconocidas y porque se tiene una gran facilidad para aprender cualquier cosa que esté escrita en los libros y que se haga siguiendo instrucciones predeterminadas.

Muchas veces, los estudiantes que se involucran en proyectos empresariales son estudiantes medios que no ven en la vida académica un gran futuro y a veces consideran que sus compañeros más sobresalientes son los que van a ocupar los mejores puestos en las empresas. También aquellos estudiantes más sobresalientes, por sus buenas calificaciones, tienen mayores probabilidades de ser aceptados para las posiciones vacantes.

Asumiendo que una persona tenga la actitud empresarial y cuando está terminando su carrera en la universidad decide involucrarse en un proyecto de negocios, ahora viene la interrogante de con quién me asocio para comenzar el proyecto o si lo hago por cuenta propia. Muchas veces a alguien le surge una idea tan genial y con tan buen potencial que considera que lo mejor es hacerlo por su cuenta sin la ayuda de nadie. A veces nos llenamos de egoísmo y no queremos compartir esta gran idea con alguien más. Sin embargo, no nos damos cuenta que esa gran idea puede producir mejores resultados si se aprovecha la sinergia de los talentos de otras personas. Con una buena asociación se pueden obtener resultados nunca antes imaginados.


El autor es Economista
wagnermgt@yahoo.es