martes, octubre 17, 2006

Por qué me motivan?


Por Ing. Diego Sosa
Cuando me solicitan una charla motivacional para un grupo de personas, siempre tengo que hacer una serie de preguntas. Muchas veces no me entienden los que me contratan, ya que para ellos no es claro que la motivación es un sentimiento, al igual que la desmotivación. Entonces, ¿Cómo podría yo ponerle un sentimiento a alguien en su interior? Lo único que puedo hacer es despertar el sentimiento dormido, y para eso tengo que saber algunas cosas… la principal, ¿Por qué no está motivado? Mi propuesta ahora es que usted se pregunte eso, y entonces podrá iniciar su proceso de motivación automático. Si es para usted, o para su personal, no piense que con energía se motiva a las personas de forma duradera. Una charla sólo brinda energía, y sirve cuando el personal está motivado, no cuando está con el ánimo en el piso. En ese momento las soluciones son de gran alcance. Si es que la energía que brota de usted, se adormeció por falta de un estimulo, entonces búsquelo, ya sea este monetario o de resultados, pero póngase metas y persígalas. Recuerde también que las fuentes externas son las que absorben nuestra energía, así que cuidado con lo que tiene alrededor y quien le carga o le descarga las baterías. Vea bien su círculo de compañeros y amigos, cuide su energía.
Pararme frente a un grupo de personas, que según su jefe, están desmotivadas, es algo que hace sentir a uno cómo un payaso en medio de la guerra. Lo importante, según el jefe, es que se rían y que la pasen bien, las personas tienen que pasar un buen momento para botar el estrés y al volver al trabajo ya están nuevos. Falso, y aquí es donde entra mi contradicción con los grandes motivadores. La motivación es un sentimiento, repito, y si está en su bajo nivel en un grupo de personas, no es por falta de una chispa que lo prenda. Lo que hay que encontrar es que está siendo más fuerte que la chispa; ¿es viento, es agua, o es un agente especial para apagar el fuego? Si usted quiere estar feliz en su trabajo, busque que es lo que está apagando la chispa, o el fuego después que usted, o alguien más lo ha encendido. Si es su jefe, entonces busque la forma de hablarlo, recuerde usar el lenguaje asertivo que ya vimos hace algunas semanas. Si le tiene miedo y no se atreve a intentarlo, entonces piense en buscar otro jefe, de lo contrario nunca trabajará motivado, y eso lo hará infeliz y desdichado, por lo menos 11 horas al día. Querer que los demás cambien, es la manera más fácil de no enfrentar el problema, o sea de no encontrar una solución real. Es el momento de tomar el toro por los cuernos, porque para motivar o motivarse no hay que hablar mucho, pero si tenemos que hacer por lo menos algo. Hasta la próxima semana.
Otros artículos anteriores sobre motivación pueden encontrarlos en http://www.degerencia.com/diegososa/ o en mi página http://negociar.de/Artículos/Articulos1.htm",1]