viernes, agosto 18, 2006

Gregorio Luperon:Paradigma

Por: Dr. Belarminio Ramirez Morillo
En la casa de Dubocq había una pequeña biblioteca, lo que le permitió cultivarse con la lectura de importantes libros, tales como: Vidas Paralelas de Plutarco, colección que constituye una galería de los grandes hombres del imperio romano. Confiesa en sus Memorias que la lectura de esos libros depuró sus sentimientos y engendraron en su alma el amor a la verdad y a la gloria. Siendo un adolescente, a penas con dieciséis años cumplidos, tuvo una batalla con unos delincuentes que se enteraron de que tenía dinero guardado y fueron a robarle. En la lucha cuerpo a cuerpo mató a dos y dejó heridos a otros dos de sus agresores, lo que le dio fama de un hombre valiente. Esta pelea era relatada por quienes fueron sus espectadores, como “el pleito de Gollito”.

En 1861 cuando Santana llevó a cabo la anexión a España, Luperón vivía en Sabaneta de Yásica, de inmediato se pronunció en contra de ese acontecimiento, y desde entonces, fue señalado como enemigo de la monarquía. El Gobernador Juan Suero mandó a buscarle en calidad de detenido, y en su presencia, atacó al oficial que le custodiaba. Escapó por las calles de Puerto Plata y se refugió en los campos de Montecristi de donde se embarcó para los Estados Unidos en compañía de su hermano.

A Finales de 1962 regresó al país, y se estableció en Sabaneta, hoy municipio cabecera de Santiago Rodríguez. Como una muestra de su inteligencia, a fin de evadir cualquier tipo de persecución de parte de las autoridades españolas, se presentó con el nombre de Eugenio de los Santos y se dedicó a las actividades de curandero. En la comunidad le conocían como Eugenio el Médico. El oficio de curandero lo utilizó para propagar la lucha por la restauración. Tuvo una participación activa en la región en una intentona organizada por Santiago Rodríguez, para proclamar la Independencia de la República el 27 de febrero de 1863.

Las autoridades españolas tuvieron informaciones del movimiento conspirador, y Gregorio Luperón fue perseguido, pero pudo una vez mas evadir la captura y ausentarse de Sabaneta. Se refugió en los campos aledaños a La Vega, donde de inmediato le dio continuidad a las labores de agitación que venia realizando en la línea noroeste. El 30 de agosto del mismo año, estando en el paraje de Gurabito, próximo a Santiago, conoció a los restauradores Pedro Pimentel, Gaspar Polanco y Benito Mención, en el momento en que perseguían a las tropas españolas. El joven puertoplateño fue recibido con beneplácito, y Gaspar Polanco le otorgó el rango de Coronel. En ese momento y en ese lugar comenzó la carrera militar una de las figuras más trascendentes de la historia dominicana.

Luperón tuvo una participación activa en la batalla del 6 de Septiembre, donde reafirmó su fama de valiente frente al enemigo, veloz en el combate y sereno en la planificación. Fue ascendido a General y nombrado Comandante de Armas de Santiago. Tiene la gloria histórica de ser uno de los primeros en firmar el Acta de la Restauración de la República.

El Gobierno Provisional Restaurador lo designó Jefe de Operaciones, y desde entonces, se convirtió en el militar mas activo, y en quien recaían las misiones más difíciles. Se movilizaba por todas las regiones del país: Norte, sur y este. A los 25 años, con a penas un año y medio en las filas militares, alcanzó el más alto rango militar de la nación. El 18 de octubre de 1864, junto a Benito Mención, fue ascendido a General de División.

Al término de la Guerra de la Restauración, Gregorio Luperón quien dos años atrás era un desconocido, se había convertido en una de las figuras política y militar mas relevante de la República. En los escenarios públicos aparecía junto a José María Cabral, Matías Ramón Mella, Ulises Francisco Espaillat, Gaspar Polanco, Pedro Pimentel y otros.

Al retorno de Buenaventura Báez al poder, Luperón se convirtió en el jefe de la oposición política en contra del conservadurismo y entreguismo, y junto a José Maria Cabral y Pedro Pimentel, iniciaron el largo periodo de lucha para evitar que el país cayera bajo el protectorado de los Estados Unidos, conocido en la historia como la Guerra de los Seis Años. Adquirió un vapor, “El Telégrafo” en el que realizó incursiones marítimas para desestabilizar al gobierno.

En 1874 a la caída de Báez, Luperón se había convertido en la figura militar y política más importante del país. Era el líder del Partido Azul. A pesar de sus limitaciones culturales, puesto que no tuvo el privilegio de estudiar en Europa como lo hicieron algunos patriotas de la época, en ese proyecto político aglutinaba como cabeza visible a los hombres mas distinguidos y preparados de la nación, tales como: Ulises Francisco Espaillat, Pedro Francisco Bonó, Fernando Arturo de Meriño y Francisco Gregorio Billini.

En 1879 asumió la Presidencia Provisional de la República, y de inmediato, puso en marcha políticas progresistas orientadas al desarrollo de la sociedad. Viajó a Europa para hacer contacto con personajes del mundo político y económico que pudieran contribuir al desarrollo de su país. En su ausencia, delegó el mando de la nación en Ulises Heureaux, quien se quedó con el control del poder y del país.

A pesar de su grandeza, Luperón tuvo una debilidad que afectó su carrera política y, sobre todo, a los mejores intereses del pueblo dominicano: Prefirió ejercer el poder a través de personas de su confianza, lo que condujo a una desgracia nacional. Esa actitud de Luperón fue lo que permitió que surgiera la dictadura de Ulises Heureax (Lilis).

Cuando el pueblo esperaba que asumiera la responsabilidad de conducir los destinos nacionales, optó por retirarse a Puerto Plata, conformarse con llevar una vida cómoda con el trato privilegiado que le daban los comerciantes, y al mismo tiempo utilizando a discreción el manejo de la aduana.

Luperón encarnaba la auténtica representación del pueblo dominicano: Procedente de familia humilde, sin apellido sonoro, autodidacta, desde su juventud brilló en el un firme sentimiento de amor a su patria que lo elevó a las mas altas jerarquías de la vida republicana. Por eso, su conformismo y aislamiento en el momento en que el país requería de su conducción, es un hecho negativo que estará siempre en el legado de su historia.

El desinterés en dirigir personalmente la nación no es causa para desdeñar su grandeza histórica. A Gregorio Luperón le corresponde la gloria de ser pionero en dirigir la lucha contra el colonialismo norteamericano en el Caribe. Fue el único de los personajes de la época que tenía una idea clara del significado de sus acciones para la historia. Escribió sus memorias, y a la vez, encargó al historiador Rodríguez Objio para que escribiera una biografía de su persona y un ensayo histórico de La Restauración. Falleció en su comunidad natal, Puerto Plata, en 1897.

La vida de Luperón, igual que la de todos los seres humanos –con luces y sombras-, es un ejemplo a imitar por quienes creen que la sociedad dominicana como república debe alcanzar niveles superiores de desarrollo.

2 Comments:

At 9:57 a. m., Blogger Javier Sanchez said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

 
At 9:59 a. m., Blogger Javier Sanchez said...

- el nombre correcto no es Benito Moncion?
- Luperon volvio en el 1862, no en el 1962...

 

Publicar un comentario

<< Home